La justicia peruana decidirá el domingo si manda a prisión preventiva por 36 meses a la poderosa líder opositora Keiko Fujimori, lo que pondría en riesgo su aspiración de ser candidata presidencial, por tercera vez, en 2021.
El fiscal de lavado de activos José Domingo Pérez pidió prisión preventiva para 12 dirigentes y cuadros fujimoristas, encabezados por la hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), acusados de recibir y encubrir aportes de la empresa brasileña Odebrecht a la campaña electoral de Keiko en 2011.
La petición debe ser resuelta por el juez Richard Concepción Carhuancho, del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria, quien citó para este domingo a las 10H00 locales (15H00 GMT) la "audiencia de prisión preventiva para Keiko Fujimori y (los) otros once investigados", dijo el Poder Judicial en Twitter.
La abogada de Keiko, Giuliana Loza, criticó el pedido del fiscal diciendo que era "un atropello y un abuso".
Estar encarcelada durante 36 meses (hasta octubre de 2021) mientras avanzan las investigaciones en su contra significaría un duro golpe para Keiko, de 43 años, quien aspira a ser la abanderada presidencial del fujimorismo (derecha populista) en los comicios de abril de 2021.
Pérez pidió el viernes la prisión "preventiva" para Keiko después de que fuera liberada el miércoles por una corte de apelaciones tras pasar una semana en prisión "preliminar".
La decisión de la corte constituyó un revés para el fiscal y el juez, quienes han ganado notoriedad procesando a políticos, entre ellos cuatro expresidentes peruanos, salpicados por el escándalo de las dádivas de Odebrecht.
Apenas asumió el viernes como nuevo ministro del Interior, el general retirado Carlos Morán ordenó reforzar la protección al fiscal.
"La Policía de Perú ampliará el resguardo con el que cuenta el Fiscal Domingo Pérez también a su familia como a su domicilio", señaló el ministerio en Twitter.
Keiko, que por ley no está obligada a asistir a la audiencia del domingo, pidió a la justicia que aparte de su caso al juez Concepción Carhuancho, de modo que la solicitud del fiscal la resuelva otro magistrado.
"Lo que corresponde ahora es primero resolver la recusación" antes de que la justicia decida el pedido de prisión preventiva, dijo Keiko a la prensa.
Aunque el juez la envíe a prisión, la hija del expresidente puede apelar o presentar otros recursos, por lo que el futuro del proceso judicial es incierto.
- Guerra fratricida -
Los líos judiciales de los Fujimori, así como los familiares, vienen conmocionando a los peruanos desde hace casi un año.
Esto ha mermado la popularidad de Keiko, la principal líder política de Perú, quien perdió los dos últimos comicios presidenciales en balotajes. También ha perdido apoyo su partido, Fuerza Popular, que domina el Congreso.
Gracias a su amplia mayoría en el Congreso, el partido de Keiko mantuvo maniatado al entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski en sus 20 meses de gobierno hasta forzarlo a renunciar en marzo.
Pero el sucesor de Kuczcynski, el actual presidente Martín Vizcarra, ha contenido audazmente los embates del Congreso, que tiene facultades para aprobar leyes sin la venia del ejecutivo.
Vizcarra, que era casi un desconocido, viene ganando popularidad al enarbolar la bandera de la lucha contra la corrupción, uno de los grandes males del país, mientras crece el desprestigio de sus adversarios, según los sondeos.
Además de los líos judiciales, Keiko libra una guerra fratricida con su hermano Kenji, de 38 años, por el legado político de su padre.
Pese a ser condenado por crímenes contra la humanidad y corrupción, el expresidente Fujimori, de 80 años, conserva popularidad por haber acabado con la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso y la hiperinflación heredada de su antecesor Alan García.
Keiko y Kenji podrían enfrentarse en las presidenciales de 2021, si no superan sus disputas, siempre que ambos resuelven sus problemas judiciales.
Kenji enfrenta cargos por cohecho, debido a una denuncia de un legislador leal a Keiko. El benjamín del clan Fujimori perdió su banca parlamentaria en junio con los votos del partido que lidera su hermana, al que renunció en febrero.
Keiko ha buscado sacar ventaja de su paso por la cárcel: "ha sido también una oportunidad de empezar un camino para lograr nuevamente la unidad de mi familia", declaró al salir en libertad, en alusión a una visita que le hizo Kenji.
Mientras tanto, el expresidente Fujimori permanece internado en una clínica de Lima bajo custodia policial desde que hace dos semanas la justicia peruana anuló el indulto que obtuvo en diciembre.
El patriarca del clan que domina la política peruana desde hace tres décadas ha sido impotente para acabar con la guerra entre sus herederos políticos.